Francia, no sólo da lecciones en cuanto a emisiones de CO2 procedentes de la generación eléctrica, gracias a su grandísimo parque nuclear. Ahora además, es el país europeo con las tasas de C02 procedente del transporte por carretera más bajas. Lo ha anunciado orgulloso el ministro de Medio Ambiente francés, Jean-Louis Borloo, y confirmado la CCFA (Comité Francés de Constructores de Automóviles).
El nivel medio de emisiones por automóvil nuevo es de 130 gramos de CO2 por kilómetro, 14 gramos menos que la media europea. Este promedio pasó de 148 g/km en 2007 a 139 g/km en 2008 y 132,8 g/km en 2009, según confirmó el ministerio de Medio Ambiente.
La razón de este cambio ha sido el buen resultado de la combinación de un sistema de bonificaciones y penalizaciones en la compra de vehículos dependiendo de que sean más o menos ecológicos, con un plan de ayudas para deshacerse de vehículos antiguos muy contaminantes.
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